3 Ejemplos Bíblicos del Por Qué Dios Permite Algunas Enfermedades

Ejemplos Bíblicos del Por Qué Dios Permite Algunas Enfermedades

¿Por qué Dios permite las enfermedades?

¿Te has preguntado alguna vez si la enfermedad viene de Dios o si Dios permite la enfermedad en tu vida? La Biblia dice claramente que Dios puede permitir la enfermedad para sus propósitos.

La doctrina bíblica de la soberanía de Dios dice que Dios es omnipotente y tiene el control de todo. Nada ocurre fuera de su jurisdicción. Dios «causa» que algo suceda o hace que algo suceda.

Para entenderlo mejor, veamos tres formas diferentes en las que se utiliza la enfermedad en nuestras vidas como hijos de Dios.

La Voluntad de Dios en las enfermedades

En primer lugar, Dios puede utilizar la enfermedad para disciplinarnos.

Una de las causas principales o medio por las que Dios disciplina a un cristiano es a través de la enfermedad. Para entender esto más claramente, primero tenemos que entender la diferencia entre esto y el castigo de Dios.

En 1 Juan 1:7 dice: «Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.»

Esto quiere decir, que le castigo no puede recaer sobre un cristiano en un sentido judicial. Porque hemos muerto al pecado y vivimos para la justicia.

«Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.» 1 Pedro 2:24

La disciplina del Señor proviene de la compasión y el cuidado de Dios por ti y es un ejercicio de amor. La disciplina de Dios no es un castigo.

Es porque Jesús ha asumido nuestro castigo. La disciplina viene de su gran amor por nosotros, porque somos sus hijos. Nos ama tanto que no nos abandona en el pecado. Su castigo se describe en detalle en Hebreos 12:5-11.

En 1 Corintios 11:29-32 tenemos un ejemplo de cómo Dios utiliza la enfermedad para disciplinarnos. Nos dice: «Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.»

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Pablo nos muestra cómo evitar la participación indigna. Implica un autoexamen, un examen de nuestra actitud interior, nuestro comportamiento exterior y una comprensión de la naturaleza de la cena del Señor.

Pablo le dice a los creyentes que no deben beber ni comer a su antojo. Este juicio no es un «castigo» como el juicio eterno de Dios, sino un «castigo» como la enfermedad o la muerte.

1 Corintios 11:32 «Más siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.».

Cuando el Señor juzga a los cristianos, no es un juicio que los castiga y destruye, sino un castigo paternal que lleva a sus hijos al arrepentimiento.

Hebreos 12:5 «Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él;»

Dios «quiere» que estemos sanos. Lo entendamos o no, la enfermedad y el sufrimiento están permitidos por los propósitos de Dios.

Números 12:9-10 dice «Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue. 10 Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.»

Éxodo 4:11 «Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?»

Santiago 5:16 «Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.»

Así como Dios nos disciplinó a nosotros, como sus hijos, en Hebreos 12, también lo hizo con Israel. Deuteronomio 1:31 dice: «Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.»

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Deuteronomio 8:5 dice: «Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.».

Dios quiere utilizar todos los medios para llevarnos a la obediencia de su voluntad, para que no nos condenemos con el mundo.

En segundo lugar, Dios utiliza la enfermedad para su propia gloria.

Otros pasajes del Nuevo Testamento muestran que Dios permite que la enfermedad sirva a sus propósitos. En Juan 9:1-3 dice: «Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿Quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.»

Otro ejemplo de que Dios utiliza la enfermedad para su gloria se encuentra en Juan 11:4. «Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.»

Lázaro murió de la enfermedad, pero Dios lo resucitó, para que Dios sea glorificado y la gente crea en él. ¡Amén!

La enfermedad es un tiempo doloroso, pero es un tiempo significativo para la gloria de Dios. Es en la enfermedad donde experimentamos la intimidad de la gloria de Dios.

La gloria de Dios es como una madre cuidadosa, que cubre tu alma con energía para que puedas superar tu enfermedad. La paz de Dios protege tu mente y tu cuerpo y te apoya con la esperanza divina y la curación.

En tercer lugar, la enfermedad no puede ser un resultado directo de la intervención Divina.

Sin embargo, hay casos en los que la enfermedad no es un resultado directo de la intervención divina. Más bien, puede ser el resultado de un mundo caído, un cuerpo caído, una mala salud y un estilo de vida pobre.

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Hay muchos tipos de sufrimiento en este mundo, y todo el mundo sufre alguna forma de «enfermedad» en algún momento.

Dios quiere bendecirnos y la existencia de la «enfermedad» no es incompatible con este hecho. Esta bendición de la vida es más espiritual y emocional que física.

2 Corintios 4:16 «Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.».

Por lo tanto, Dios puede utilizar cualquier medio o enfermedad para castigar a sus hijos y evitar que nosotros, sus hijos, seamos condenados con el mundo.

Así que examina tu camino con el Señor. A veces es difícil entender por qué se permite la enfermedad. En cualquier caso, podemos alabar a Dios en nuestro sufrimiento porque sabemos que Él tiene el control total de todo. Puede que no lo entendamos todo hasta que estemos ante él en la eternidad.

En cuarto lugar, Dios cura.

Finalmente, es importante entender que Dios es soberano y que todo está bajo su control. En otras palabras, Él es también el Dios de la curación y la restauración.

Él es el Padre que ama y disciplina a sus hijos, el Dios Todopoderoso que utiliza todo para dar gloria a su nombre, y el Dios misericordioso que da curación. Jeremías 17:14 «Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.».

En conclusión, examine su vida y vea si está viviendo en conformidad con el evangelio. Confía en la voluntad y el plan de Dios para tu vida en todas las circunstancias. Espéralo y búscalo en cada situación.

Porque él es el Dios que sana y transforma toda situación. Romanos 8:28 dice: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.»

Dios te bendiga!!!

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