4 Hombres que Tuvieron Esperanza en la Biblia

4 Personas que tuvieron esperanza en Dios

Nuestro Dios creó al hombre perfecto. El hombre estaba en un estado de plena comunión con su Creador y feliz. Entonces el pecado entró en el mundo y desde ese momento hemos estado buscando incesantemente la paz.

Hemos luchado contra el dolor y el sufrimiento, el trabajo duro y la fatiga, el miedo y la depresión, y sin embargo sabemos que fuimos creados para más.

Dios no nos creo para vivir con remordimientos ni culpabilidades. Fuimos creados para vivir y caminar de la mano del Dios Todopoderoso.

Cuando el hombre pecó, Dios prometió una mano redentora. Durante miles de años, la gente ha estado esperando al Mesías prometido. Sabían que el Mesías los liberaría de su sufrimiento. Pero él sufrió lo peor, asumió nuestros pecados y murió nuestra muerte.

Nuestra esperanza es que Cristo ha venido y nos ha liberado. Nuestro Salvador resucitó de entre los muertos y nos devolvió la comunión con nuestro Dios. Nuestra esperanza depende de Cristo y de su amor por nosotros.

4 Historias de esperanza en la Biblia

¿Qué historias bíblicas tratan sobre la esperanza? La esperanza es un tema que recorre toda la Biblia. Al fin y al cabo, la Biblia es una historia humana de principio a fin.

Seres humanos que han sido perfectamente creados y a los que se les ha dado libre albedrío, y el dolor que conlleva. Afortunadamente, podemos extraer la verdad, la tranquilidad, el consuelo y la esperanza de esta historia del trato de Dios con la humanidad.

Ejemplo de esperanza en la Biblia

Aquí te presento ejemplos de esperanza en la Biblia que te darán esperanza.

Abraham

Lo primero que nos viene a la mente de la Biblia es probablemente la esperanzadora historia de Abraham. ¿Por qué? Dios hizo una promesa a Abraham, pero tardó 25 años en cumplirla.

Abraham fue un hombre de fe que estuvo en comunión con Dios y lo siguió en una época en la que el verdadero Dios había sido olvidado.

El Señor le pidió a Abraham que dejara la tierra de su padre y él lo hizo. Dios le dijo a Abraham que de él saldría una gran nación. El único problema era que la esposa de Abraham, Sara, era infértil.

Pero nuestro Dios sabe lo que necesitamos, y en el tiempo que lo necesitamos. Por lo que a Su tiempo le concedió esa gran bendición a ambos.

Esa esperanza que Dios sembró en el corazón de ambos, cambiaron sus vidas y su forma de ver la vida. Los dos pudieron ver la mano de Dios obrando y concediéndoles su promesa.

José

Primero conocemos a José, nacido de la amada de Jacob, Raquel. Raquel murió unos años después, dando a luz a Benjamín, y probablemente por eso Jacob favoreció a José de esta manera.

José creció entre hermanos varones, y tener once hermanos era un reto. El hecho de que Jacob tenía un amor más profundo por José y le hiciera regalos y le liberara de su trabajo no le benefició en absoluto.

Tampoco significa que José se guardara sus sueños proféticos para sí mismo. Fue un sueño en el que sus hermanos se postraron ante él.

Esta fue, sin duda, la semilla de los celos que hizo que José fuera vendido como esclavo en Egipto. Le dicen a Jacob que José ha sido asesinado y comienza la indeseable nueva vida de José.

José es la personificación de la esperanza. Dios ya le había mostrado en un sueño que su padre y sus hermanos se inclinarían ante él, pero aquí era un esclavo y más tarde un prisionero en la casa de Egipto.

Cuando nuestras vidas parecen ir en dirección contraria a lo que Dios quería decirnos, necesitamos mantener viva la esperanza.

Tras una serie de acontecimientos sorprendentes y muchos años, José se convierte en la mano derecha del faraón, se reúne con sus hermanos y su padre, y el sueño profético se hace realidad.

José salva a toda su familia (y a Egipto) de la hambruna, y Dios tiene planes mucho más grandes para José de lo que cualquiera podría haber imaginado.

También con nosotros Dios tiene planes maravillosos. Es cuestión de que mantengamos la esperanza en El. Pablo dice «Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.» Hebreos 12:2

Moisés

Todo el mundo conoce la historia de Moisés. Que Dios a través de Moisés hizo maravillas y señales ante sus enemigos los egipcios. También sabemos que partió el Mar Rojo, que guió a los israelitas en el desierto durante 40 años y que habló con Dios cara a cara.

Pero, ¿sabías que tenía 80 años antes de que ocurriera todo esto? Moisés fue rescatado por una princesa egipcia, creció en un palacio real y disfrutó de todos los lujos del mundo antiguo, pero a los 40 años se enfureció tanto por el terrible trato que recibían los esclavos hebreos que mató accidentalmente a un trabajador egipcio.

Moisés se horrorizó y cruzó el desierto para escapar del castigo. Aquí se convierte en un nómada y hace una pausa de 40 años. No tenemos forma de saber lo que Moisés pensaba y esperaba durante este tiempo.

No se nos dice qué esperanza tenía para la salvación del pueblo hebreo, pero sabemos que el pueblo de Israel oraba y clamaba a Dios por un Salvador. Este ejemplo es una verdadera historia bíblica de esperanza.

Después de 400 años como extranjero en una tierra extraña, soportando cientos de años de muerte infantil, esclavitud y trabajos forzados, piden a Dios su liberación.

Sus oraciones y ruegos fueron escuchados por el Dios Todopoderoso. Dios envió a Moisés para que su pueblo fuera liberado de aquel yugo egipcio.

Dios les prometió liberación y así fue. Al igual que Israel, cuando ponemos nuestra mirada en el Señor, nuestra vid recibe la liberación que tanto estamos esperando.

David

David es otro ejemplo de una profecía oportuna que encaja perfectamente en la esperanzadora narrativa bíblica. Dios envió a Samuel a ungir al rey de Israel cuando David era todavía un joven.

Se cuenta que Samuel vino a ungir a uno de los hijos de Isaí. Evidentemente, Isaí se alegró de que Dios lo quisiera y le diera siete hijos. Samuel pasó por delante de cada uno de ellos y sacudió un poco la cabeza, confundido.

Luego le preguntó a Isaí si tenía otros hijos. David estaba en el campo vigilando las ovejas. Nadie pensó en llamarlo. Si te sientes insignificante, recuerda esto.

Pero volvamos a la esperanza. David gana muchas batallas para el rey Saúl y se convierte en un fuerte guerrero. La gente alaba a este héroe de guerra, por lo que Saúl se pone celoso de David y trata de destruirlo (como solemos hacer nosotros).

¿Te imaginas lo confundido que estaba David? Lo mismo ocurre con José. Ambos fueron llamados a grandes posiciones, pero tuvieron que esperar en circunstancias terribles hasta que el tiempo de Dios fuera perfecto. David huye de Saúl y se esconde en una cueva, pero Saúl lo persigue en venganza.

Pero así como José, David se mantuvo creyendo en Dios. Luego de algún tiempo Dios lo colocó en la posición que le había prometido años atrás.

Todos fuimos ungidos para una misión y Dios no se olvida de nosotros. Solo debemos mantener nuestra esperanza en el Dios Todopoderoso.

4 Hombres de la Biblia que perdieron la esperanza

Dios te bendiga!!!

Fuente bíblica: Reina Valera 1960