El mandato de «sed llenos del Espíritu» significa simplemente «ser gobernados por el Espíritu Santo». Es una decisión que tomamos de permitir que el Espíritu Santo gobierne nuestras vidas.
Somos conscientes de que estamos controlados por muchas cosas. He aquí algunos ejemplos de la Biblia con los que podemos relacionarnos.
Ira: «todos en la sinagoga se llenaron de ira» Lucas 4:28. Significa que estaban controlados por la ira. Su comportamiento estaba motivado por el deseo dominante: la ira.
Celos: «Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos» Hechos 13:45, lo que significa que su emoción dominante eran los celos y la envidia, que les hacía oponerse a las enseñanzas de Pablo y Bernabé.
Malicia: «estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;» Romanos 1:29.
En este parte quiero que comprendas algo. Lo que te llena te controla.
Mujeres llenas del Espíritu Santo en la Biblia
En la Biblia tenemos hombres que fueron llenos del Espíritu Santo. Así también tenemos el ejemplo de varias mujeres que fueron llenas del Espíritu de Dios.
Te preparé una lista corta de mujeres de la Biblia llenas del Espíritu Santo:
Débora: (Jueces 4) Una líder y una mujer llena del Espíritu de Dios. El libro de los Jueces la resalta bastante, pues no era para menos porque fue un ejemplo de fe y fortaleza para todas las mujeres.
María, la madre de Jesús: (Lucas 1) Definitivamente si alguien se deposito en las manos del Señor fue María. En el versículo 8 vemos como dice «He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra». Ella se negó a si misma para aceptar la asignación del cielo. A esto llamo una mujer llena del Espíritu Santo.
Hulda: (2 Reyes 22:14) Al igual que las anteriores demostró ser una mujer llena del Espíritu Santo. Fue nombrada profetisa porque era bastante evidente su devoción a Dios.
Ana: (Lucas 2:25-27) La Biblia dice que ella fue guiada por el Espíritu Santo para hablar de nuestro Señor Jesucristo. Fue un claro ejemplo para muchas mujeres de su época.
Hay muchas otras que fueron llenas del Espíritu Santo. Pero te mencioné mis favoritas.
6 características de una mujer llena del Espíritu Santo
Te muestro 6 Características de una persona llena del espíritu santo
1. Valor y bondad
Proverbios 31:17-18 la describe como «Ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos. Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche.» La noble mujer de Dios encuentra su valor en el Señor, no teme nada de lo que viene, y se aferra a su esperanza en Cristo.
Es amable con los que la rodean, aunque sean extraños. Esto se muestra en la historia de Rebeca, la esposa de Isaac. En el Génesis 24, Abraham envía a un siervo a buscar una esposa para su hijo Isaac. El siervo ora para que la mujer que lleva de vuelta a Isaac se apiade de él y le dé un vaso de agua para beber.
En el versículo 15, en respuesta a esta oración, Rebeca viene y no sólo le da agua al siervo, sino que también trae un camello para ayudarle a beber.
Rebeca fue elegida por Dios no por su apariencia, la riqueza de su padre o sus habilidades, sino por la bondad de su corazón. La bondad y el valor la convirtieron en algo primordial para ser una mujer de Dios.
También es una forma de comunicar el amor de Cristo, ya sea a un extraño o a un amigo.
2. Trabajo duro
La integridad en el trabajo es una expresión de su carácter, y una mujer de Dios se enorgullece de su trabajo. Proverbios 31:13 dice: «con voluntad trabaja con sus manos» y 1 Corintios 10:31 dice :»hacedlo todo para la gloria de Dios.»
El trabajo no siempre es agradable, pero hagas lo que hagas, hazlo como si lo hicieras para el mismo Señor. Eso significa no tomar atajos ni recortes, no hacer un esfuerzo extra cuando nadie mira, incluso cuando no hay ningún premio que ganar al final, estar comprometido con la calidad y ser digno de los demás, por pequeña que sea tu posición. Al final, no importa lo que piensen los demás, lo que importa es la opinión de Dios.
Trabajar duro y dar lo mejor de ti en cualquier trabajo es un buen indicio de la estructura moral de una persona.
3. lealtad
La lealtad puede parecer rara hoy en día, pero debe ser respetada y valorada. La lealtad no sólo consiste en ser leal a la otra persona, sino también en ser leal en cualquier situación.
Rut lo demuestra claramente en su propia vida. En el libro de Rut, sabemos que era viuda, al igual que su cuñada. Su suegra Noemí estaba afligida, pero podían enviarla de vuelta a la casa de su padre si lo deseaban. Orfa decidió dejar a Naomi, pero Rut eligió un camino diferente.
Decidió permanecer fiel a su suegra, pues ya se había consagrado al Señor y a la familia de Noemí mediante el matrimonio. Este acto de lealtad reflejó la integridad moral de Rut. Dios acabó recompensando su lealtad.
Lo más importante es que no se le prometió una recompensa por este acto de lealtad, sino que lo hizo porque sabía en su corazón que era lo correcto.
Con el tiempo, la fidelidad de Rut atrajo a su futuro marido Booz. Dice en Rut 2:12:»Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.»
Rut y Booz se casaron más tarde y la vida de Rut fue bendecida. Esto se debió a que eligió ser fiel a su Dios y a su palabra.
La mayor recompensa en su historia es la bondad y la fidelidad de Dios cuando confiamos en él y vivimos correctamente.
4. Alegrarse.
Proverbios 31:25-26 expresa el verdadero significado. Porque dice: «Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir. Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua.
A menudo se utiliza la palabra «reír» en lugar de «alegrarse». Aunque son sinónimos, aquí son más reveladores. Incluso en tales circunstancias, una mujer piadosa puede seguir alegrándose. Porque su alegría no está arraigada en la alegría que recibe de las sombras a diario o por temporadas, sino que está profundamente arraigada en Cristo mismo.
Sigue la llamada de Jesús en Juan 15 y descubre que estamos enraizados en la vid de Dios. Se alegra al pensar en el futuro porque sabe que, pase lo que pase después de hoy, el Señor está con ella y en ella.
Sabe que la promesa de Romanos 8:28 es cierta y que el Señor tiene el control de todas las cosas para su gloria y nuestro bien.
Por lo tanto, ya sea de este lado del velo o del otro, las aflicciones temporales no son más que un suspiro comparado con la alegría que viene en el Señor.
5. Sabiduría
La sabiduría suele ser una cuestión de mujeres. A lo largo de los Proverbios, la sabiduría se denomina femenina. La sabiduría no es una cuestión exclusivamente femenina, pero probablemente no sea una coincidencia que se refiera a ella en términos femeninos.
Puede ser para indicar que la propia sabiduría es algo que debe hacerse con suavidad y elegancia. Proverbios 31:26 dice: «Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua.» Una mujer de la reputación de Dios habla despacio porque piensa en lo que va a decir antes de decirlo.
Esto demuestra la necesidad de confiar en la guía del Espíritu Santo para actuar. Así lo demuestra Débora en el Libro de Samuel. Débora fue llamada por Dios para trabajar para Él como jueza de la nación de Israel.
Nunca confió en sus propias fuerzas, sino que actuó de acuerdo con la dirección de Dios. La confianza, el poder y la guía de Dios a través del Espíritu Santo, esta es la raíz de la verdadera sabiduría.
Cuando buscamos la sabiduría de Dios en todas las áreas de nuestra vida, no sólo en ciertas áreas, veremos un cambio en nuestras vidas y en las personas que Dios ha preparado para nosotros.
Porque es esa sabiduría la que nos guía y nos asegura el camino a seguir, incluso cuando no conocemos todas las respuestas o lo que va a pasar.
6. La fe.
Las mujeres con gran fe en el Señor son las que se esfuerzan. Mujeres como Isabel, la madre de Juan el Bautista, eran mujeres de gran fe. En Lucas 1:45, se alegra cuando dice: «Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.»
Isabel ya había superado la edad en la que una mujer puede dar a luz, pero Dios cumplió el deseo de su corazón y concibió a pesar de su avanzada edad.
Aunque no lo dijo explícitamente, de sus palabras de alegría se desprende que el Señor le había prometido un hijo. Creía con firmeza que tendría un hijo, a pesar de su edad, sus circunstancias y su entorno en ese momento.
Su fe en el Señor sentó el precedente para que la herencia de su hijo se convirtiera en una gran figura del ministerio de Jesús en la tierra. Una mujer que cree en el Señor, cree sinceramente en sus promesas y lo espera, es una mujer de gran carácter en Dios.
Cuando una mujer decide liberarse de lo que se considera más común en el mundo y ponerse en lo que Dios considera bello, todo su estado y forma de vida cambiarán radicalmente.
No tendrá miedo de lo que diga o piense el mundo, no se dejará influenciar por su situación actual ni por las opiniones de los demás, y podrá seguir lo que cree que es verdad en su corazón.
Bosquejo de mujeres llenas del Espíritu Santo
Un bosquejo de mujeres llenas del Espíritu Santo es aquel que refleja las características y virtudes que se manifiestan cuando una mujer tiene una relación íntima y profunda con Dios. Estas mujeres buscan constantemente la voluntad de Dios en todas las áreas de su vida y se someten a su dirección y guía. Su mayor deseo es agradar a Dios en todo lo que hacen y buscan su gloria por encima de todo.
Una mujer llena del Espíritu Santo se distingue por su amor y compasión hacia los demás. El amor de Dios fluye a través de ella, y esto se refleja en su forma de tratar a las personas que la rodean. Siempre está dispuesta a ayudar, apoyar y animar a los demás, y muestra compasión y empatía hacia aquellos que están pasando por dificultades. Su amor no se limita a su círculo más cercano, sino que se extiende a todas las personas que encuentre en su camino.
Otra característica de una mujer llena del Espíritu Santo es su fe inquebrantable en Dios. Confía plenamente en que Dios tiene un plan perfecto para su vida y que Él la guiará y la sostendrá en todo momento. Esta fe la impulsa a enfrentar los desafíos con valentía y a perseverar en medio de las dificultades. No se deja llevar por las circunstancias negativas, sino que se aferra a la promesa de que Dios está obrando en su vida y que tiene un propósito para ella.
La humildad es otra característica clave de una mujer llena del Espíritu Santo. Reconoce que todo lo que tiene y todo lo que es proviene de Dios, y no se atribuye méritos propios. Ella se considera a sí misma como un vaso en las manos de Dios y se somete a su voluntad en todo momento. No busca la gloria personal, sino que busca glorificar a Dios en todo lo que hace.
Por último, una mujer llena del Espíritu Santo se caracteriza por su vida de oración y su dependencia de Dios. Ella comprende que sin la ayuda y la dirección de Dios, no puede hacer nada. Dedica tiempo diario a la oración y busca la presencia de Dios en todo momento. Su relación con Dios es su prioridad y busca constantemente crecer en intimidad con Él.
En resumen, una mujer llena del Espíritu Santo se distingue por su amor y compasión, su fe inquebrantable, su humildad y su dependencia de Dios. Estas características son evidencias de una relación profunda con Dios y de la obra del Espíritu Santo en su vida. Cada mujer tiene el potencial de ser llena del Espíritu Santo, y al buscar a Dios y someterse a su voluntad, puede desarrollar estas características en su vida.
Mujeres bajo la unción del Espíritu Santo
Una mujer llena del Espíritu Santo es aquella que ha sido ungida y empoderada por Dios para cumplir su propósito en la tierra. Es alguien que ha entregado su vida al Señor y ha permitido que el Espíritu Santo la guíe, dirija y transforme. La unción del Espíritu Santo capacita a la mujer para vivir una vida de santidad y obediencia a Dios, permitiéndole ser una influencia positiva en su familia, comunidad y en la iglesia.
Una mujer bajo la unción del Espíritu Santo se caracteriza por tener una intimidad profunda con Dios. Ella busca pasar tiempo en oración, meditando en la Palabra de Dios y adorando al Señor. Su relación con Dios es su prioridad y su mayor anhelo es conocerlo más y experimentar su presencia en su vida cotidiana.
Otra característica de una mujer llena del Espíritu Santo es que manifiesta los frutos del Espíritu en su vida. El amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza son evidentes en su carácter y en sus acciones. Ella refleja el carácter de Cristo y su vida es un testimonio vivo del poder transformador del Espíritu Santo.
Además, una mujer bajo la unción del Espíritu Santo tiene dones espirituales activos. El Espíritu Santo le ha dado habilidades sobrenaturales para servir a Dios y a los demás. Puede tener dones como profecía, sanidad, sabiduría, discernimiento de espíritus, lenguas, entre otros. Utiliza estos dones para edificar y fortalecer a la iglesia, y para llevar el mensaje de salvación a aquellos que aún no conocen a Cristo.
En resumen, una mujer llena del Espíritu Santo es aquella que vive en comunión íntima con Dios, manifiesta los frutos del Espíritu y utiliza los dones que el Espíritu Santo le ha dado para cumplir su propósito en la tierra. Ella es un instrumento en las manos de Dios, dispuesta a ser usada por Él para llevar a cabo su obra. Como mujeres cristianas, debemos anhelar ser llenas del Espíritu Santo y permitir que Él nos transforme y nos use para su gloria.
Mujeres guiadas por el Espíritu Santo
Las mujeres guiadas por el espíritu santo son aquellas que han entregado su vida a Dios y han permitido que su espíritu los guíe en todas sus decisiones y acciones. Estas mujeres tienen una profunda conexión con Dios y buscan siempre hacer su voluntad en todo momento. Su fe y confianza en el espíritu santo les permite enfrentar cualquier situación con valentía y sabiduría, sabiendo que Dios está a su lado.
Una mujer llena del espíritu santo se caracteriza por tener un corazón humilde y dispuesto a obedecer a Dios en todo momento. Ella reconoce que su propia sabiduría y fuerza son limitadas, pero confía plenamente en el poder del espíritu santo para guiarla por el camino correcto. Esta mujer busca constantemente la dirección del espíritu santo a través de la oración y la meditación en la palabra de Dios.
Otra característica de una mujer guiada por el espíritu santo es su amor y compasión hacia los demás. Ella se preocupa por el bienestar de las personas a su alrededor y busca oportunidades para servir y ayudar a los demás. Su amor es desinteresado y refleja el amor de Dios hacia la humanidad. Esta mujer es un ejemplo viviente del amor y la generosidad de Dios.
Por último, una mujer guiada por el espíritu santo se destaca por su fortaleza y perseverancia en tiempos difíciles. Ella confía en que Dios la fortalecerá y la guiará a través de cualquier desafío que enfrente. Su fe inquebrantable le permite superar obstáculos y mantener la esperanza en medio de las dificultades. Esta mujer inspira a otros con su ejemplo de fe y confianza en el poder del espíritu santo.
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