La Biblia Dice Que No Seremos Avergonzados ¿Lo Crees?

La Biblia Dice Que No Seremos Avergonzados

¿Qué significa avergonzados en la Biblia?

Cuando Pablo habla del deseo judío de sustituir la justicia de la fe por la justicia de la ley, cita específicamente la profecía del profeta Isaías.

¿En qué parte de la Biblia dice que no seremos avergonzados? «Como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado.» (Romanos 9:33) En otras versiones dice «nunca será avergonzado».

La palabra original para «vergüenza» es «kataischun0»: Avergonzar, vergüenza o decepcionar. Aquí es una palabra pasiva, que significa evitar que los que creen en él se sientan decepcionados o defraudados.

Isaías profetizó unos 700 años antes del nacimiento del Señor: «Por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure.» Isaías 28:16

Isaías habla de una «una piedra, piedra probada, angular, preciosa». Esto se refiere al Mesías Cristo que crucificó al mundo.

Sin embargo, en las palabras citadas por Pablo, se le llama «piedra de tropiezo». Esto se debe a que los judíos consideraban que la cruz del Señor era una gran desgracia.

Así que lo que los gentiles veían como una roca sólida, un fundamento precioso, se convirtió en una roca a los ojos de los judíos.

 Los que confían en el Señor no serán avergonzados

Dios no deja avergonzados a sus hijos. La promesa de «no ser avergonzado» y «no ser defraudado» se da a los que confían en el Señor (Romanos 9:33; 10:11; 1 Pedro 2:6). David comprendió esto profundamente. «Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido (avergonzado); Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.» (Salmos 25:3)

Los profetas Isaías y Joel declaran lo mismo (Isaías 49:23, Joel 2:26-27). Por lo tanto, es un alarde para Satanás y una gloria para Dios que los cristianos «no se avergüencen». Porque el Señor, en quien confiamos, miramos y esperamos, no nos fallará, sino que nos proveerá en todo.

Dios no deja a sus hijos avergonzados

Ningún hijo de Dios será avergonzado. Dios siempre nos ve como sus hijos. Ningún padre desea avergonzar a sus hijos, todo lo contrario, desea que su hijo sea brillante y que sus logros sean visibles.

La Biblia dice en Éxodo 32:12 «¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo.»

En este pasaje podemos ver a Dios airado con el pueblo. Israel había provocado la ira de Dios, pero Moisés le dijo a Dios que si exterminaba a los hebreos ¿Qué dirían los egipcios?

Dirían que «Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra» eso sería como una vergüenza para ellos.

Pero dice la Biblia que «Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.» Éxodo 32:14.

Esto hizo que Dios reflexionara sobre la situación y no procedió por su gran misericordia y porque sabía que no era bueno que sus hijos quedaran en vergüenza.

Dios ha permitido que lo conozcamos para que probemos y experimentemos su gran poder. Si lo probamos nos daremos cuenta de que El es nuestro sanador, nuestro proveedor, nuestra fuerza, nuestro TODO.

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Dios no permite que sus hijos sean avergonzados

Cuando somos avergonzados (decepcionados), no queremos creer más en ese ser o en esa persona que nos hizo tantas promesas.

Cuando conocemos una pareja o un amigo, esperamos que sea leal y fiel a ese amor o a esa amistad que le brindamos. En el momento que esa persona nos falla, experimentamos la decepción y la vergüenza.

Con nuestro Dios no pasa eso. El salmista David dijo «Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre.» Salmos 125:1

No pensemos que Dios «es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.» (Números 23:19). Dios nos ha hecho promesas que se cumplirán en nuestras vidas.

En el tiempo que tengo en el camino del evangelio, nunca he sido avergonzado, porque sus promesas son reales. A veces como humanos nos desesperamos y queremos las cosas de inmediato.

Pero Dios sabe el momento ideal para entregarnos sus promesas. Porque sólo El sabe qué nos conviene y cuando nos conviene.

Como padres sabemos la edad ideal para que nuestros hijos manejen ciertas responsabilidades. Si le da a su hijo un vehículo teniendo 13 años o menos, sabes que lo estás exponiendo al peligro.

Con Dios pasa igual. Nosotros como hijos queremos sus promesas para ya, pero Dios sabe si el momento es ideal para entregarnos esas promesas.

Dios no avergüenza a sus hijos. Lo que promete lo cumple. He visto su mano obrando poderosamente en mi vida, en la vida de mi familia y de mis amistades.

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 Los hijos de Dios no serán avergonzados versículo

Salmos 31:1
En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia.

Salmos 25:20
Guarda mi alma, y líbrame; No sea yo avergonzado, porque en ti confié.

Salmos 119:5-6
¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Entonces no sería yo avergonzado, cuando atendiese a todos tus mandamientos.

Salmos 25:3
Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.

1 Juan 2:28
Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.

1 Pedro 4:16
Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.

Filipenses 1:20
Conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.

2 Timoteo 1:8
Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,

Isaías 50:7
Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado.

Salmos 119:6
Entonces no sería yo avergonzado, cuando atendiese a todos tus mandamientos.

Hebreos 11:16
Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.

Romanos 1:16-17
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

Dios te bendiga!!!

Fuente bíblica: Reina Valera 1960

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