¿Qué nos dice la Biblia acerca de la eutanasia?
La eutanasia se considera un «asesinato piadoso» de personas mayores que sufren de Alzheimer o demencia, o un suicidio para evitar un diagnóstico de cáncer terminal (suicidio asistido).
La sociedad considera humanitaria la eutanasia de los animales que sufren. ¿Cómo se relacionan los cristianos con la eutanasia y el suicidio asistido?
Los partidarios de la eutanasia dicen que simplemente quieren el derecho a elegir cómo morir mientras tengan la oportunidad.
Los tribunales han visto casos en los que se le ha dado muerte a cónyuges, padres e hijos como «acto de piedad» cuando un ser querido está sufriendo pero no quería ser asesinado.
Cuando alguien pide ayuda para acabar con su vida o habla de quitarle la vida a un familiar que sufre, es un grito desesperado. Para aquellos que no creen en un Dios eterno y amoroso, todo puede parecer perdido.
Algunos creyentes pueden pensar: «Si Dios es tan amoroso, ¿comprenderá esta elección?». Santiago 1:19 da el siguiente consejo: «Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;».
Puede parecer ofensivo que alguien quiera desempeñar el papel de Dios en su vida, pero la persona afectada sufre un dolor emocional y físico y necesita ser escuchada. Observe cómo el sufrimiento afecta la visión de la persona sobre la vida eterna y el sentido de la vida.
Lo mismo ocurre con los cuidadores, a los que les resulta agotador ver morir lentamente a sus seres queridos. Esto es especialmente cierto para los que cuidan de un padre o un hermano que recibe cuidados de larga duración.
A veces estar en medio de la situación tiende a cambiar la perspectiva.
La eutanasia desde el punto de vista religioso
Ayuda a los que sufren
Los cristianos no sólo pueden escuchar y predicar, sino también ofrecer ayuda práctica. «Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.» (Gálatas 6:2).
Cristo el Señor soportó el sufrimiento para que pudiéramos entenderlo, para que pudiéramos acudir a Él y tener la seguridad de que está con nosotros.
No estamos solos y no estamos destinados a vivir en soledad «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.» (Romanos 5:8).
Algunos autores creen que la muerte puede ser elegida en contra de la voluntad de una persona, y que hay muchas personas cuya vida podría mejorar con más apoyo.
Mucha gente tiende a comentar lo que alguien debería hacer en una situación determinada, pero no todo el mundo ofrece una ayuda.
Los cristianos que valoran toda la vida y reconocen que todas las personas han sido creadas a imagen y semejanza de Dios pueden apoyar a quienes padecen enfermedades terminales, dolores crónicos o cuidan a un familiar con demencia.
Los que están en condiciones de donar pueden hacer una contribución, prestar servicios relacionados de forma gratuita o recoger donaciones.
Nadie tiene recursos ilimitados como el tiempo, la energía o el dinero, pero los creyentes esperan que el Señor utilice lo poco que podemos dar y lo multiplique de forma milagrosa. «os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.» (Malaquías 3:10).
Siempre que el Señor sanaba una persona, esta acción venía acompañada de un componente social. Esto se debe a que el aislamiento agrava el sufrimiento. Siempre que el Señor sanaba, reintegraba esa persona a la sociedad.
Una mujer que había sangrado durante 12 años pudo estar con la gente por primera vez desde que era una niña. El hombre con el espíritu maligno fue visto ‘sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio’ (Lucas 8:35).
¿Apoya la Biblia la eutanasia?
No. La perspectiva más importante sobre la eutanasia es la de Dios. Porque toda vida tiene valor, el Hijo de Dios fue enviado a morir y a redimir a todos los pecadores.
Dios aborrece la muerte. Aborrece el suicidio. Aborrece. El Señor declaró: «os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia» (Deuteronomio 30:19).
El Salmo 139:16 confirma que nuestra vida está en manos de Dios «Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas,». Debemos entender que Él es quien decide cómo empiezan y terminan nuestros días.
La lenta evolución de la muerte, el increíble dolor, es un horror en esta vida rota, porque la muerte es nuestro enemigo. Pero a través de la resurrección de Jesús, la muerte ha sido derrotada para todos los creyentes.
«Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;» (Romanos 6:5).
Esto está garantizado para aquellos que toman sus respectivas cruces y siguen a Cristo hasta el final de su vida en la tierra. Los cristianos no buscan la muerte, sino que la afrontan. Lo afrontan ayudándose mutuamente.
Asumir la cruz del dolor frecuente es una decisión fiel y valiente. Pablo en Romanos 14:8 da un marco hermoso, poderoso y claro: «Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.».
Eutanasia y cristianismo
La sociedad no es un grupo de personas sentadas alrededor de una gran mesa explorando tendencias políticas y mutaciones culturales.
La sociedad eres tú. Tus acciones y decisiones son importantes. Lo que haces o dejas de hacer repercute en el mundo que te rodea.
Esto incluye la elección de morir. Nuestras vidas y muertes afectan a los demás más de lo que creemos.
¿Cómo afecta la muerte de un paciente o amigo la vida de una persona durante un largo periodo de tiempo? Es una elección que conlleva su propio dolor constante: remordimiento, vergüenza, culpa y pérdida.
Compasión
Para aquellos lectores que ahora están reflexionando sobre esta cuestión de si suicidarse o dejar morir a alguien antes de que su enfermedad empeore, Dios está caminando con ustedes a través del valle de la sombra de la muerte.
Si conoces a alguien que está contemplando ese final, considera compartir el mensaje de la misericordia de Cristo compartiendo tu tiempo, siendo un oyente atento, compasivo y compartiendo la esperanza del Evangelio.
Dios te bendiga!!!
