¿Qué Significa en la Biblia Misericordia Quiero y no Sacrificio?

Qué Significa en la Biblia Misericordia Quiero y no Sacrificio

¿Qué significa misericordia quiero y no sacrificio?

Espectadores y marginados se reúnen en la casa de Mateo para una fiesta. Jesús y sus discípulos se reúnen alrededor de la mesa. Los fariseos se dan cuenta de que Jesús está entre «pecadores» y se burlan de él.

Muchos de ellos se preguntaron ¿Cómo podía Jesús considerarse a sí mismo como maestro y darse un banquete con un grupo de personas que faltaban a la ley y eran desechados por todos?

Entonces «Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?» (Mateo 9:10).

Al oír su pregunta, Jesús respondió. «Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos» (v. 12). ¿Cómo podía revelar el amor de Dios si no estaba con ellos?

Jesús continúa amonestando a los fariseos con las siguientes palabras «Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.» (v. 13).

El profeta Oseas acusó a los judíos de intentar justificar su idolatría y la opresión de los pobres ofreciendo los sacrificios de animales prescritos.

Dios siempre ha dado más valor a la «misericordia» que al «sacrificio».

¿Cuál es la diferencia entre sacrificio y misericordia?

Al acercarse el Día de Acción de Gracias y la Navidad, muchas personas buscan oportunidades para participar en actos de misericordia.

Podemos ayudar a preparar y servir cenas de pavo en el comedor social. También podemos participar en una recogida de abrigos para los sin techo, llenar cajas de zapatos con regalos o construir una rampa para sillas de ruedas para un veterano discapacitado. Pero, ¿importan realmente estos actos de bondad cuando Jesús nos desafía a aprender la diferencia entre compasión y sacrificio?

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Cuando mi esposa y yo nos mudamos a una nueva provincia de nuestro país, un amigo me invitó a unirme a un grupo de ayuda para personas necesitadas o con condiciones de salud delicadas.

De inmediato acepté porque era una oportunidad en la que podía servir a los demás y poner mis dones y talentos al servicio de esas personas que tanto lo necesitaban.

Pensé «este tipo de acciones me harán sentir bien y útil». Pero algo dentro de mi hacía la siguiente pregunta:

¿Ese sentir era lo correcto?

Si te fijas, mi pensar era lo bien que me iba a sentir realizando estas acciones. Cuando la Biblia nos motiva a pensar en el bienestar de los demás.

Con el tiempo, mi actitud ha cambiado. Me reúno con las mismas personas del equipo de servicios dos veces al mes y mantenemos una buena conversación.

Es apasionante cuando les pregunto ¿Cómo te sientes esta semana? ¿Te recuperaste de ese resfriado? a otros les pregunto si los nuevos medicamentos le ayudan descansar, etc.

Unos meses más tarde, empecé a hacer devociones mensuales antes del almuerzo. Antes de bendecir la comida, pedí a la gente que trajera peticiones de oración.

Escuchar el corazón de las personas me acercó a ellas. Cuando oro por ellos, sus necesidades y preocupaciones quedan ancladas en mi corazón.

¿Qué pasó con el correr de las semanas, los meses y los años?. Estas personas se convirtieron en parte de mi familia. Ahora entiendo que el servir a los demás no es un sacrificio, es un lugar para estar con las personas que me importan.

Que al servir a los más necesitados, a los que la sociedad desechó es un privilegio que el mismo Cristo lo hizo ¿sabes por qué? porque Dios ama cuando nos despojamos de algo nuestro para compartirlo con ellos.

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En estos últimos años Dios me ha bendecido en sobre manera. Al querer brindar salud a los demás, Dios me ha dado salud, al querer alimentar a los necesitados, Dios me ha suplido en abundancia.

El Cuidado y las relaciones

En Mateo 9, los religiosos de aquel tiempo miraban una casa llena de «pecadores y recaudadores de impuestos». Sin embargo, Jesús vio una gran oportunidad para ayudar a esas personas a conectarse con el Dios Todopoderoso.

El Señor sabe que haces misericordia y sacrificio

Hay tantos ministerios y organizaciones que compiten por nuestro tiempo, dinero y atención. Ni siquiera los millonarios pueden ayudar a todos.

Pero si realmente queremos pasar del victimismo a la compasión, como nos insta a hacer Jesús, debemos tener presente al menos uno de estos ministerios u organizaciones.

Tenemos que establecer relaciones con personas que tienen nombres e historias, alegrías y penas, oraciones y alabanzas. De lo contrario, no creo que lleguemos a entender lo que quiso decir Jesús cuando dijo «misericordia, no sacrificio».

Uno de los problemas es que la misericordia nos suena demasiado simpática: el diccionario define la misericordia como «compasión o perdón», una palabra que expresa un cierto sentido de condescendencia.

¿No soy lo suficientemente buen@ para ayudar a esta persona que es menos afortunada que yo?

Jesús nunca reaccionó así mientras se inclinaba ante la gente como Hijo de Dios sin pecado. Al contrario, puso el verdadero ejemplo de lo que era misericordia y sacrificio. En la casa de Mateo fue todo un ejemplo para nosotros.

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Durante la fiesta fue el primer en poner las manos en la mesa y tratar a todos con respeto y dignidad.

¿Misericordia quiero y no sacrificio qué significa?

Jesús quiere que superemos el concepto de sacrificio, algo que nos sentimos obligados a abandonar para ser considerados religiosos.

Si lo superamos, entonces la palabra sacrificio desaparecerá de nuestro vocabulario y sólo conoceremos la pasión por amar a los demás como Dios nos ama.

Jesús comió con Mateo y los demás porque quiso. Los amaba. Imaginamos risas, bromas, aplausos y alegría. Especialmente la alegría.

Los fariseos no podían imaginar tal amistad entre el piadoso y el hombre común, el justo y el injusto, el moral y el inmoral.

Pero Jesús no etiqueta a las personas. Amó a Nicodemo como a Zaqueo, y amó a María de Betania como a María Magdalena. Siempre miraba más allá de la historia de una persona y hacia su futuro.

Le pido a Dios que me guíe en la dirección de este tipo de amor. Quiero estar tan a gusto alrededor de la mesa con ex delincuentes y alcohólicos como con la gente de la iglesia.

Quiero que Dios me conduzca hacia la compasión del «corazón», la compasión de Jesús.

¿Y tú? ¿Estás dispuesto a ir más allá de los sacrificios anuales preparados para una ocasión particular? o ¿quieres abrir tu corazón a la compasión y la misericordia tal como la enseñó Jesús en Mateo capítulo 9?.

Definitivamente prefiero copiar ese ejemplo que dio Jesús para bendecir a cientos y miles de personas con necesidad. Recuerda lo que dice Mateo 11:29 «aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;».

Si tienes alguna petición y deseas que oremos por ti, con gusto lo haremos. Espero bendecirte con este artículo.

Dios te bendiga mucho!!!

Fuente: Reina Valera 1960

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4 Comments

  1. Lourdes
    • Consejero Espiritual
  2. Betbirai Reyes López
    • Consejero Espiritual

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