¿Tú guardarás en completa paz versÃculo significado?
«Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.» (IsaÃas 26:3).
En el Génesis 3, Adán y Eva comieron ellos mismos el fruto del árbol prohibido, cambiándolo todo. Cuando comieron la fruta, sus ojos se «abrieron» y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Tuvieron miedo y empezaron a esconderse. Dios vio lo que hicieron.
A menudo hacemos cosas que nos generan miedo, vergüenza, culpa y ansiedad. ¿Nos hemos encontrado alguna vez en una situación sobre la que no tenemos control? Dios sabe que no podemos tener paz en este mundo. Nuestra paz está en Jesús. Porque Jesús vino a ponernos de nuevo en paz con Dios.
En IsaÃas 26, Dios derrotó a sus enemigos en la tierra de Judá. Alabaron a Dios y se alegraron de su victoria. Se dieron cuenta de que si centraban sus pensamientos en Dios, la paz llegarÃa. Incluso en medio de la tormenta, hay paz si centramos nuestra mente en Dios.
El guarda en completa paz
Por medio de Jesús, nos hemos convertido en personas nuevas (2 Corintios 5:17). Cuando entregamos nuestras vidas a Jesucristo, renunciamos a nuestro viejo yo, a nuestra vieja forma de vida.
Esto quiere decir que nuestro viejo hombre no podrá ya vencernos, porque nuestra nueva vida está escondida en Cristo y gracias a Él tenemos paz.
«Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.» (Colosenses 3:1-3).
Juan 16:33 dice: «Estas cosas os he hablado para que en mà tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.»
Si tenemos a Cristo en nosotros, tenemos luz en nosotros. Juan 8:12 dice: «Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.».
La luz está destinada a revelar lo que es invisible en la oscuridad. La luz es cálida, brillante y nos ayuda a ver.
Sin embargo, en la oscuridad puede ser difÃcil hacer lo que la luz nos da en la vida. Hay muchas pruebas y circunstancias en la vida que pueden ser difÃciles de superar.
Personalmente, la vida siempre ha sido oscura. He aprendido que es importante y vital incorporar siempre la palabra de Dios en mi vida. El Salmo 119:105 dice: «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.»
¿Cuántos de nosotros caminamos por senderos poco iluminados sin ser guiados y renovados por la Palabra de Dios?
La Biblia puede no tener mucho interés para la gente, incluso si son cristianos. ¿Cómo podemos vivir en este mundo si sólo leemos la Biblia un dÃa a la semana?
Si seguimos ignorando la palabra de Dios, ciertamente no tendremos paz en nuestras vidas. Nos hemos vuelto de doble ánimo (Santiago 1:8) porque nuestra vida de pensamiento ha sido dominada y distorsionada por el mundo.
Colosenses 3:15 dice: «Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.».
¿Cómo podemos tener una paz perfecta si nuestros pensamientos no están dirigidos a Dios? PermÃteme decirte que, sean cuales sean las fuerzas de este mundo que vengan contra ti, Dios puede darte la paz si se lo permites.
Relaciones con Dios
El relacionarnos con los demás es de vital importancia, pues pasamos gran parte de nuestro tiempo relacionándonos y compartiendo.
Cuando aceptas a Jesucristo en tu vida, inviertes tiempo en conocerlo. Las nuevas relaciones en tu vida son emocionantes y los milagros de las nuevas personas te alegran.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo y la relación se vuelve menos emocionante y nueva, puedes acostumbrarte a tener a la otra persona en tu vida.
Puedes distraerte con otras cosas y dar a la otra persona un papel menos importante en tu vida, lo que puede llevar a la negligencia.
Todos hemos sido descuidados en nuestra vida y esto se refleja en nuestras relaciones. En Juan 15, Jesús dice que nosotros somos los las ramas y nuestro Señor Jesucristo es la vid. Cuando se poda la vid, se podan los ramas que no dan fruto.
Jesús dijo: «Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mÃ, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mà nada podéis hacer.» (Juan 15:5).
Debido a nuestra negligencia, no podemos tener la verdadera paz que Jesús nos ha dado. La lectura de la Palabra de Dios nos da vida, luz, paz y enseñanza, mucho de lo que necesitamos para seguir viviendo con Dios. JeremÃas 29:13 dice: «Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.»
Todos hemos cometido el error de tener Ãdolos y cosas que tienden a tomar el lugar de Dios. Eso no significa que no amemos a Dios, pero sà plantea la pregunta: si nuestro amor por Dios es tan grande, ¿por qué damos más importancia a estas cosas y personas? La Biblia no es sólo para enseñar, sino también para que conozcamos a Dios y a su pueblo.
«Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:
He aquÃ, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás su nombre Emanuel,
que traducido es: Dios con nosotros.» (Mateo 1:21-23).
A veces olvidamos que toda la vida consiste en conocer a Dios como Creador. La paz viene de saber que Dios está con nosotros. A veces estamos tan ocupados con nosotros mismos que olvidamos de dónde viene la paz.
La paz viene de la entrega de nuestras vidas a Cristo para que podamos vivir para conocerlo. Si nos centramos en Dios en cada situación, podemos encontrar la paz perfecta.
Oración por la paz
Padre Dios, gracias por darnos vida y paz en cada hora oscura. Dios, tú eres nuestra paz. Gracias por darnos a tu Hijo Jesucristo.
Te pedimos que nos centremos en tu Palabra. Te pedimos que podamos permanecer en ti, Dios, incluso en los momentos de incertidumbre de nuestras vidas.
Por último, oramos para que Dios guarde tus pasos ante cualquier dificultad que estés atravesando. Dios, toda la alabanza, la gloria y el honor son tuyos, Dios. En el nombre de Jesús, amén.
Siempre le digo al Señor «Tu guardas en completa paz aquel cuyo pensamiento en ti persevera«.
Dios te bendiga!!!